Hace poco Liz y yo tuvimos la oportunidad, encontrandonos con tiempo libre y sin almorzar en San Francisco, de probar la sazón del restaurante Mission Chinese Food del chef Danny Bowien.
No es exageracion decir que Mission Chinese es el chifa más comentado en los EEUU en estos momentos. Por ejemplo, fue nombrado uno de los 11 mejores restaurantes nuevos del 2011 en los EEUU por la revista culinaria Bon Apetit, y eso cuando recién tenía meses de abierto y no era aún un restaurante fijo.
Mission Chinese empezo como un restaurante eventual que operaba dos veces a la semana dentro de otro chifa ya establecido, el Lung Shan. Las dos operaciones compartían la cocina y el salón. Eventualmente, el iniciador le dejó la operación a Bowien, su socio, bajo cuya tutela Mission Chinese continuó ganado adeptos a tal punto que Bowien pudo convencer a los dueños del Lung Shan a dedicar el local y el horario íntegramente a la carta de Mission Chinese.
El ambiente, pese a ser -como ya explique- uno de los restaurantes más comentados en el país, es netamente de chifa de barrio. El salón es angosto y en horas puntas uno se ve obligado a compartir la mesa con otros comensales. En las paredes hay lucecitas navidenas de las cuales no todas prenden. No hay tenedores ni cuchillos, sólo palillos y cucharas chinas. Y, por encima de todo, un dragón suspendido del techo.
El ambiente, pese a ser -como ya explique- uno de los restaurantes más comentados en el país, es netamente de chifa de barrio. El salón es angosto y en horas puntas uno se ve obligado a compartir la mesa con otros comensales. En las paredes hay lucecitas navidenas de las cuales no todas prenden. No hay tenedores ni cuchillos, sólo palillos y cucharas chinas. Y, por encima de todo, un dragón suspendido del techo.
La comida, aunque un tanto pan-asiática, se basa principalmente en la cocina de las provincias del occidente chino, y en especial Junán, Sichuán y Xinjiang. Por ello predominan la pimienta sichuanesa, los ajíes, y el comino, y gran número de los platos son picantes.
"Alitas de pollo con pimientos explosivos" |
Un plato que es uno de los con que Mission Chinese se ganó renombre es sus costillas de cordero preparados al estilo de los musulmanes de Xinjiang. Las costillas son sancochadas hasta que queden tiernas y son fritas con una costra de comino y otras especies. Te lo traen a la mesa sobre una capa de ajíes y cebollas cortadas, y todo humeando sobre una plancha de hierro caliente.
Tocino tres veces cocido |
Tambien resalta el "Tocino tres veces cocido", inspirado este por el plato sichuanes "Puerco doblemente cocido" en el que la carne de chancho es sancochada y luego salteada con los demas ingredientes. En este caso, el ahumado del tocino le agrega una tercera cocción. El tocino tambien se asoma en su versión de mapo tofu, un plato en base a tofu, clasico de la cocina junanesa, que generalmente lleva carne picada de res o chancho en vez de tocino. Debo admitir que este plato le salió delicioso y se ganó la adulacion incluso de Liz quien no era antes amena al tofu.
Otro plato que nos gustó mucho fue una ensalada envuelta en una tortilla de harina de arroz. Muy refrescante ante tanto plato picante.
La comida no es como la de ningun chifa que jamás hayamos probado, y a los mas puristas de la cocina china como "debe ser" los hace renegar. Definitivamente es una cocina de autor, con presentaciones, tecnicas e insumos que no acuerdan siempre con los de las versiones clasicas o comunes de los platos en los que se ha inspirado la carta, pero si uno va con eso presente, se abre a una rica experiencia culinaria. Como ya han de haber comprobado, Mission Chinese nos gusto muchisimo. Tanto, que a los días, volvimos con los chicos no sólo para que ellos lo prueben, sino también como excusa para poder probar otros platos.
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